La discusion
Recuerdo mis años juveniles, cuando en el liceo y la universidad se emprendía una discusión sobre política, quienes en ella intervenía resultaban admirables por sus argumentos en la defensa o el ataque de las posiciones expuestas. Los partidos políticos de mayor importancia ofrecían a sus militantes una sólida formación teórica sobre las bases programáticas en que se sustentaban. El Partido Comunista, hoy devenido en las múltiples y sosas izquierdas que tenemos, basaba su argumentación en las teorías marxistas leninistas. Acción Democrática presentaba un socialismo criollizado y aún conservo en mi biblioteca su tesis agraria y su tesis política. Copey por su parte tenía profundamente enterradas sus raíces en el cristianismo católico y los militantes de cada uno de esos partidos dominaban sus bases programáticas. .
Hoy día las discusiones políticas dan lástima y su altura está al nivel de las cloacas subterráneas. Chávez tiene una verruga: el dirigente de la oposición es medio raro y conforma con gente del gobierno un grupo que organiza orgías. O ¿Y de que se van a quejar ustedes si cuando mandaban también robaban? Como si usted y yo hubiésemos formado parte del gobierno de la mal llamada cuarta república. En fin, argumentos sosos e indignos.
La propuesta de Chávez es una socialización siglo XXI, basada sobre una supuesta repartición equitativa de los bienes o beneficios propiedad del país. Es evidente que su socialismo avalado por Fidel Castro no se asemeja al español o al sueco. Es la manera de introducirnos con aparente suavidad en un entorno político-económico que devendrá en lo que el y su desfasado maestro quieren imponer: Un comunismo férreo similar al de la Cuba actual o al de la extinta staliniana Rusia, transformada en el imperialismo soviético.
Lograr hoy día el sólido conocimiento de los jóvenes políticos de la década de los cincuenta se hace algo cuesta arriba. La dinámica de la vida actual imposibilita dedicar largas horas de lectura en el estudio de los clásicos –Smith. Ricardo e incluyamos en ellos a Marx --. Pero es imperativo elevar nuestro nivel. Emeterio Gómez, sobre quien sobran las presentaciones, inició una serie de artículos con el titulado EUGENIO MENDOZA en el cual ofrece desarrollar una especie de manual “antichavista”. El interés de estos artículos es notable. Trataré a medida que Gómez los escriba, difundirlo en forma sucinta para contribuir a la ampliación de nuestra cultura política. Inicia en el artículo citado la discusión de conceptos del denominado “neo comunismo” con cuatro puntos.
Con relación a la igualdad en los pagos de sueldos o salarios, no es la cantidad o calidad de trabajo empleado lo que determina la creación de valor. Lo determina la escasez relativa de los diversos tipos de trabajo. Establece la comparación entre un obrero no calificado y un científico altamente especializado. El obrero no calificado tiene poco valor (económico) no por no calificado (o carente de conocimientos especiales) sino por lo que abunda. Ejemplificaré con una triste situación actual: Sobran los médicos desempleados que luchan por obtener un puesto mal pagado en cualquier organismo público o privado. Diametralmente opuesta era la situación en la mitad del siglo pasado cuando el acceso al estudio universitario estaba seriamente restringido y limitado en muchas ocasiones a posiciones económicas. El médico era un personaje admirado y su posición económica, aún siendo un José Gregorio, era superior a la del resto de los ciudadanos.
Mucho más allá de cualquier calificación, estudio o conocimiento, lo que determina la capacidad de los hombres para generar valor es su inteligencia y creatividad. ¿Por qué? Elemental: por su escasez. Si revisamos los resultados de los test de inteligencia, veremos que la gran mayoría de la población, indistintamente del país donde se haga el muestreo, tienen un coeficiente de inteligencia inferior a 110. Los privilegiados, considerados como superdotados son escasos ¡¡ y por, eso los inteligentes y creativos, generalmente obtienen mejores beneficios económicos!!
Pero lo realmente esencial no es la capacidad para crear ideas. Lo importante es la capacidad de emprender, la capacidad para crear empresas. Expone el articulista que más importante que la inteligencia y la creatividad, son el coraje, la perseverancia, la firmeza y el afán de superación que exige la creación de una empresa. En casi 35 años que dediqué a la investigación comercial no encontré un solo empresario de éxito que no tuviese esas características. Abundaban lo que en nuestro argot denominábamos “animalotes” conformados por empresarios de éxito que prácticamente eran analfabetas. ¡¡Pero tenían el coraje, la perseverancia, la firmeza y el afán de superación a que alude Gómez¡¡. En cambio fueron muchos los ejemplos de profesionales universitarios, con brillantes notas y legajos de diplomas que aún con un sólido apoyo financiero generalmente proveniente de familiares, intentaron ser empresarios y fracasaron con estrépito. Tenemos presente un ejemplo semanal: ¿Cuántos ganadores de premios por juegos de envite y azar han utilizado los recursos obtenidos de manera eficiente para no quedar arruinados en menos de 1 año? ¿Tuvieron o n o su oportunidad?
Finaliza Gómez su primer artículo señalando que para que el empresario pueda crear es imprescindible la libertad individual que le permita “dar rienda suelta a su creatividad e imaginación como a su capacidad emprendedora: tanto a su inteligencia y sensibilidad como a su coraje y perseverancia. Procesos que evidentemente son imposibles, cuano el Estado se convierte en totalitario, cuando un dictador – Castro o Chávez – pretende imponerle a un países mismo proyecto iluso que Marx intentó imponerle a la humanidad”.
José Hermoso Sierra
Nov. 2005
Hoy día las discusiones políticas dan lástima y su altura está al nivel de las cloacas subterráneas. Chávez tiene una verruga: el dirigente de la oposición es medio raro y conforma con gente del gobierno un grupo que organiza orgías. O ¿Y de que se van a quejar ustedes si cuando mandaban también robaban? Como si usted y yo hubiésemos formado parte del gobierno de la mal llamada cuarta república. En fin, argumentos sosos e indignos.
La propuesta de Chávez es una socialización siglo XXI, basada sobre una supuesta repartición equitativa de los bienes o beneficios propiedad del país. Es evidente que su socialismo avalado por Fidel Castro no se asemeja al español o al sueco. Es la manera de introducirnos con aparente suavidad en un entorno político-económico que devendrá en lo que el y su desfasado maestro quieren imponer: Un comunismo férreo similar al de la Cuba actual o al de la extinta staliniana Rusia, transformada en el imperialismo soviético.
Lograr hoy día el sólido conocimiento de los jóvenes políticos de la década de los cincuenta se hace algo cuesta arriba. La dinámica de la vida actual imposibilita dedicar largas horas de lectura en el estudio de los clásicos –Smith. Ricardo e incluyamos en ellos a Marx --. Pero es imperativo elevar nuestro nivel. Emeterio Gómez, sobre quien sobran las presentaciones, inició una serie de artículos con el titulado EUGENIO MENDOZA en el cual ofrece desarrollar una especie de manual “antichavista”. El interés de estos artículos es notable. Trataré a medida que Gómez los escriba, difundirlo en forma sucinta para contribuir a la ampliación de nuestra cultura política. Inicia en el artículo citado la discusión de conceptos del denominado “neo comunismo” con cuatro puntos.
Con relación a la igualdad en los pagos de sueldos o salarios, no es la cantidad o calidad de trabajo empleado lo que determina la creación de valor. Lo determina la escasez relativa de los diversos tipos de trabajo. Establece la comparación entre un obrero no calificado y un científico altamente especializado. El obrero no calificado tiene poco valor (económico) no por no calificado (o carente de conocimientos especiales) sino por lo que abunda. Ejemplificaré con una triste situación actual: Sobran los médicos desempleados que luchan por obtener un puesto mal pagado en cualquier organismo público o privado. Diametralmente opuesta era la situación en la mitad del siglo pasado cuando el acceso al estudio universitario estaba seriamente restringido y limitado en muchas ocasiones a posiciones económicas. El médico era un personaje admirado y su posición económica, aún siendo un José Gregorio, era superior a la del resto de los ciudadanos.
Mucho más allá de cualquier calificación, estudio o conocimiento, lo que determina la capacidad de los hombres para generar valor es su inteligencia y creatividad. ¿Por qué? Elemental: por su escasez. Si revisamos los resultados de los test de inteligencia, veremos que la gran mayoría de la población, indistintamente del país donde se haga el muestreo, tienen un coeficiente de inteligencia inferior a 110. Los privilegiados, considerados como superdotados son escasos ¡¡ y por, eso los inteligentes y creativos, generalmente obtienen mejores beneficios económicos!!
Pero lo realmente esencial no es la capacidad para crear ideas. Lo importante es la capacidad de emprender, la capacidad para crear empresas. Expone el articulista que más importante que la inteligencia y la creatividad, son el coraje, la perseverancia, la firmeza y el afán de superación que exige la creación de una empresa. En casi 35 años que dediqué a la investigación comercial no encontré un solo empresario de éxito que no tuviese esas características. Abundaban lo que en nuestro argot denominábamos “animalotes” conformados por empresarios de éxito que prácticamente eran analfabetas. ¡¡Pero tenían el coraje, la perseverancia, la firmeza y el afán de superación a que alude Gómez¡¡. En cambio fueron muchos los ejemplos de profesionales universitarios, con brillantes notas y legajos de diplomas que aún con un sólido apoyo financiero generalmente proveniente de familiares, intentaron ser empresarios y fracasaron con estrépito. Tenemos presente un ejemplo semanal: ¿Cuántos ganadores de premios por juegos de envite y azar han utilizado los recursos obtenidos de manera eficiente para no quedar arruinados en menos de 1 año? ¿Tuvieron o n o su oportunidad?
Finaliza Gómez su primer artículo señalando que para que el empresario pueda crear es imprescindible la libertad individual que le permita “dar rienda suelta a su creatividad e imaginación como a su capacidad emprendedora: tanto a su inteligencia y sensibilidad como a su coraje y perseverancia. Procesos que evidentemente son imposibles, cuano el Estado se convierte en totalitario, cuando un dictador – Castro o Chávez – pretende imponerle a un países mismo proyecto iluso que Marx intentó imponerle a la humanidad”.
José Hermoso Sierra
Nov. 2005
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