JOSE HERMOSO SIERRA OPINA

Irreverente agnóstico, iconoclasta

Nombre: josejhermososierra
Ubicación: Venezuela

jueves, agosto 10, 2006

Mentes subdesarrolladas

Hoy regresé de Higuerote. Huecos y más huecos. La vía prometida para hace tres años, aún está sin terminar. Las playas; asquerosas. La delincuencia dominando el medio. De no ser por la inversión privada, que ha construido hoteles, conjuntos residenciales y un modesto centro comercial, Higuerote estaría igual a Birongo o Curiepe: Como en la época de la colonia. Pero no es de esto que quería escribir. Quiero comentar sobre las mentes subdesarrolladas.

El rancho lo tenemos en la cabeza. Y los supuestos dirigentes, gobierno u oposición no tratan de demolerlo. Al contrario; lo alientan. Ningún candidato se atreve a expresar que dejará de regalar miserables dádivas a las clases con menos ingresos porque creará fuentes de trabajo o llevará a cabo inversiones rentables. !No¡ Habla sobre repartir las ganancias obtenidas de la explotación petrolera. Continúan hablando de regalar; no de un trabajo duro para sacar adelante un país que vive de la renta petrolera haciéndolo un país competitivo en algún renglón económico.

Iniciando la autopista regional del centro, tras pasar el peaje de Tazón hay un asqueroso tarantín donde sobre un mal escrito letrero se lee “La Ruta de la Empanada”. Uno de los tantos planes económicos lanzados presumiblemente sin pensarlo, al son de su aló presidente, en la emoción de la perorata. Un pequeño crédito para que alguien monte un negocito marginal que va directo al fracaso y que solo dará unas monedas para unos mendrugos de comida los fines de semana. ¿Quién va a comer una empanada en un rancho sin condiciones higiénicas, con un aceite veterano en frituras y amasadas con unas manos sin lavar porque en el marginal rancho no hay agua? ¿Competirá con las empanadas de las Chavelas en Morón? Tostaditas, hechas con unas manos arrugadas de tanto lavarlas y con aceite cambiado día a día? Pero en las empanadas no se detiene el rancho del conductor de los destinos venezolanos. Previamente habló del gallinero vertical, donde imagino nacerían millones de moscas que con su grácil vuelo repartirían bacterias a nivel nacional. Menos mal que no se le ocurrió el chiquero vertical o un corral de chivos igualmente posicionado. También propuso utilizar las antiguas áreas verdes parta los cultivos macrobióticos, tal vez abonados con los desechos de los gallineros verticales. Igualmente expuso montar una fábrica de bicicletas iraníes, con partes provenientes de la India. Un dinosaurio similar a aquellas viejas bicicletas Raleigh, con cuadro de pesadísimo hierro, sin cambios de velocidades y con un dinamo accionado por la rueda trasera que sirviera para alumbrar el camino o en la ocasión de los continuos apagones de luz, ponerse a pedalear dentro de la casa, turnándose padre madre y retoños para proveer algo de luz. Otra genial idea fue la importación de tractores chinos, dechados de atraso tecnológico y abandonados en gran cantidad por carecer de repuestos o ser irreparables: Algo así como los Icaros comunistas traídos por Diego Arria que llevaron a la muerte de un niño al caer a través del podrido piso, ideado por el diseñador de las zapatos de cartón que usaba Manacho. ¿Y las alegres bombas de agua cardiovasculares, denominadas así porque son activadas con pedales al igual que una bicicleta? Sumada a toda esta marginalidad se le agrega alguno de los productos cárnicos de Mercal. Un ejemplo de ello son las mortadelas: llenas de aliños para disipar el contundente sabor de las tripas, vísceras y grasas saturadas con las cuales se les confeccionan para fabricar arterioscleróticos. “Pan pa´ hoy y hambre pa mañana. A fin de cuentas – y no solo es el actual presidente - lo han sido todos. Demagogia y más demagogia.

José Hermoso Sierra